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Entrenamientos para niños clasificados por las diferentes habilidades que existen en los ejercicios de equipo. Puedes combinar varias tareas en la misma sesión de entrenamiento y hacer crecer a tu equipo.
🔶 Habilidad 🔶








Habilidades fundamentales en el entrenamiento de fútbol base
El entrenamiento en el fútbol infantil no se limita únicamente a enseñar reglas o técnicas de juego. Su verdadero valor está en el desarrollo de habilidades específicas, que permiten a los niños mejorar progresivamente como futbolistas y como deportistas en general. Cada una de estas capacidades debe entrenarse de manera adecuada a la edad y nivel de los jugadores.
- Agilidad: Es la capacidad de cambiar de dirección y ritmo con rapidez y eficacia. Se entrena con ejercicios de zig-zag, cambios de apoyo y circuitos con conos. La agilidad es clave para regates, desmarques y reacciones defensivas.
- Velocidad: Incluye tanto la velocidad de desplazamiento como la de ejecución. Sprint cortos, salidas explosivas y carreras con balón permiten mejorar la capacidad de reacción y la rapidez en el juego.
- Coordinación: Fundamental en edades tempranas, asegura que el jugador sincronice movimientos de brazos, piernas y mirada. Juegos de bote, saltos, o conducir el balón mientras se realizan otras tareas mejoran este aspecto.
- Motricidad: Es la base del movimiento. Trabajar la motricidad fina (toques, golpeos precisos) y gruesa (saltos, giros, desplazamientos) es esencial para construir una técnica sólida.
- Control del balón: Implica dominar la pelota en diferentes situaciones: controles con el pie, muslo o pecho. Un buen control es la puerta a pases y conducciones eficaces.
- Pase: Es una de las habilidades más determinantes del fútbol. Pases cortos, largos y en movimiento fomentan la precisión y la visión de juego.
- Reacción: La capacidad de responder ante un estímulo, ya sea un rival, un cambio de dirección o la llegada del balón. Ejercicios con órdenes inesperadas o estímulos visuales y auditivos son ideales para mejorarla.
- Resistencia: Aunque no siempre se prioriza en edades tempranas, la resistencia aeróbica y anaeróbica permite sostener el esfuerzo a lo largo del partido. Juegos continuos y circuitos dinámicos ayudan a desarrollarla.
- Toma de decisiones: Una habilidad cognitiva esencial. Se entrena en ejercicios donde el jugador debe elegir entre varias opciones en pocos segundos, como rondos, juegos de posesión o situaciones de 2 contra 1.
- Trabajo en equipo: Más allá de lo físico y técnico, el fútbol es un deporte colectivo. Ejercicios cooperativos y dinámicas de grupo refuerzan valores como la comunicación, el apoyo mutuo y la cohesión.
En conclusión, un entrenamiento de calidad debe contemplar todas estas habilidades, combinándolas en tareas progresivas y adaptadas a la edad. De esta forma, los niños no solo adquieren técnica y condición física, sino que también desarrollan capacidades cognitivas y sociales que los preparan para crecer dentro y fuera del campo.